viernes, 4 de agosto de 2017

SER

Muchas veces soy negativa. No sonrío, no hay ganas. Es como si en mi mente apareciera una niebla negra tan espesa que no me deja ver más allá. Hace que en esos momentos no se me pase por la cabeza nada bonito. No pienso que la vida se tiene que disfrutar. Que pierdo el tiempo estando mal. Pero aun así lo acepto. Acepto esos momentos porque no me quiero forzar a cambiarlos, eso sería frustrante. Tratar de estar bien cuando no lo estoy... Además, nadie es de una manera en concreto. Cada día soy distinta, tengo muchas caras, muchos estados de ánimo. Muchos pensamientos y emociones. No tengo una parte mala y otra buena. Ninguna es mala, ninguna es buena, sino necesarias y distintas. Y tengo miles, ¡millones! Por eso no sé definirme y la verdad es que estoy mejor así. Sin etiquetas, más libre. Odio cuando la gente trata de etiquetar a otras personas, sus gustos o preferencias. Vamos a ver, ¿Cómo puedes encasillar a alguien cuando ni siquiera esa persona se conoce al completo? Incluso con una vida entera nos falta tiempo para conocernos a nosotros mismos. Otra cosa es que muchos tienen la creencia de que si la gente los encasilla de una manera, siempre tienen que ser de esa manera. ¡Y no es así! Vivir pensando en eso es frustrante. ¿Qué tal si simplemente nos dedicamos a ser? Como nos salga. Como nos sintamos. En cada segundo y en cada momento.

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